5 sept 2010

CONFESIÓN A DIOS



¿Por qué lloras?, me preguntó…

le dije: no tiene importancia, ¡Cállate! y déjame en paz,
¡No lo volví a escuchar… el silencio, se prolongó aún más!
Creí estar solo, completamente solo; y lloré…
 no tuve reparo en hacerlo, ¿Quién podría descubrirme?,
nadie me acompañaba.
No había porqué ostentar aquella absurda y aparente fortaleza,
 que me mostraba a los demás como un ser rudo y frío.

A nadie le interesaba mi derrota, pues todos me habían llegado a tachar;
como alguien inhumano e insensible… No era yo, ¡no era esa mi verdad!
Creí tener respeto y admiración, y luego de un tropiezo;
siento al descubierto mi cruda realidad

¡Estoy solo!, no tengo amigos. Mis hijos… apenas me saludan,
No he podido ver ni un solo rostro fuera de tensión, cuando estoy cerca
¿Soy un monstruo acaso?
Veo mi imagen en el espejo, tan solo tengo 30 y parezco de 40…

¿Qué hice en todos estos años?
¿Cómo pude hacerme infeliz, y con ello… desdichados a los míos?,
¿Cómo pude desaparecer de vista, el ideal más noble e importante?,
el AMOR, ¿desde cuándo ya no está en mi vida?
¿Desde cuándo lo empecé a perder?

He errado y la salida parece fuera de mi alcance,
siento como estar paralizado completamente, y
 empiezo a desfallecer…, ¡estoy hundido!
Ya el ánimo se viene abajo, y todo es muy confuso;
Intento recordar el día, en que mi vida… se hizo una rutina.
El preciso instante en que los sueños, se iban uno a uno, sin esperanzas
de que quien los había abrigado, ¡algún día los hiciese brillar!,
No puede ser…, ¡soy joven aún!
debo recuperar lo perdido…y hoy, es mi única oportunidad.

Me miro a mi mismo… desecho,
Y cualquiera que me viese ignoraría el porqué de mi aflicción
¿A qué le he dado tiempo todos estos años?
¿De qué me he llenado para estar tan vacío ahora?
Creí ser feliz y nunca lo fui,
Y no dudaría en decir que mi desdicha empezó
cuando dejé de lado a Dios,
Cuando empecé a vanagloriarme a mí mismo por todo cuanto conseguía
olvidándome completamente de Él;

Apenas me sentí auto-suficiente…
Dejé de hablarle en mi oración, y de escuchar atentamente su voz,
Dejé de agradecer su inmenso amor, apartando de mí su bendición…
Olvidando que todo lo bueno… que había tenido hasta entonces,
Me lo había concedido Él… y que sólo llegaba a ser alguien con Él
Me olvidé de Él y al olvidarlo… me olvidé a mí mismo.
Y ahora sólo quiero vivir…
¡Vivir de nuevo con Él!
Que mi alegría no es alegría, si el Autor de la vida
No escribe su propia historia sobre mí…
Que mi amor no es amor, si no nace de Él,
Que seguiría vacío y en vano viviría, si no me llenase Él
Pues que soy, ¡nada! sin Él

Por favor… recíbeme, perdóname y lléname de Ti
Que quiero cambiar al mundo por Ti
Y volver de nuevo… a Ti

Amén

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