Pretextos son
pretextos, justificaciones falsas… que nos atan y esclavizan, son meros cuentos
mentirosos que al rato nos sacan de apuros, pero que nos tienen todo un día con
la conciencia intranquila, nos han robado la paz y ¿qué alegría puede haber en
un corazón mentiroso y no pacífico? De pronto se ha hecho costumbre
y desecharla se ha convertido en un reto, no es tan sencillo como
parece… implica voluntad y perseverancia de acción; no podríamos lograr un
cambio de la noche a la mañana, pero si tratamos de vivir bien ¡ahora!, sin
olvidar dicho propósito; algún día no muy lejano lo alcanzaríamos.
Quizá la gente está a
la expectativa del próximo instante en que tropieces y caigas, pero ¿qué
importa lo que digan, lo que hagan y piensen?; al fin y al cabo es la vida que
Dios te ha dado y a quien debes agradar es a Él y no a ellos; parece mentira
pero mientras te mueves al ritmo del mundo, todo parece estar bien… menos tú!,
te sientes vacío sabiendo que puedes ser mejor y no haces nada por conseguirlo,
sientes que pierdes la imagen del ser que Dios quiso y quiere que seas, y
mientras estás en esa lucha constante, tus sueños parecen verse perdidos. No es
lo que tú quieres, es lo que otros quieren de ti… aun así al saberte aceptado
por la gran mayoría; te sumas a ellos sin que a ellos les importe tu bienestar
y tu felicidad. Poco a poco te das cuenta de lo equivocado que estabas… del
error que cometiste al negarte la libertad de elegir lo mejor para ti y ser tú
mismo, lloras al verte solo y perdido… rodeado de una masa popular a la que
únicamente le interesa el fanatismo, te arrepientes de haber tomado una decisión
imprudente y de haberte negado la felicidad auténtica en Cristo.
Pues muy bien dicha
está la frase: “Nada asienta mejor a tu cuerpo que el crecimiento de tu
espíritu”, y ¡cuánto tardamos en reconocer la gran verdad de ello!… tardamos
mucho en crecer espiritualmente; porque empujados por el mundo cerramos las
puertas a Dios, tardamos mucho en alcanzar la felicidad plena, porque
simplemente, aunque digamos que no, nos importa lo que la gente diga y piense
de nosotros, por eso es que nos resulta tan difícil alcanzar la dimensión
espiritual a la que todos fuimos llamados. Pero puedes lograrlo, ¡puedes
conseguirlo! si abandonas el temor que ocasiona la pobreza de tu fe y oración;
si admites que dependes de Dios y que todo lo puedes en Él que te fortalece, te
libera, te perdona y ama eternamente.
Nunca es tarde para
empezar… y hoy es el mejor día para hacerlo… hoy puedes empezar a caminar
contra corriente, a luchar y vencer las tentaciones del mundo, a anular el odio
con amor y sanar las heridas de tu corazón, a creer y dejar que Dios haga con
tu vida lo que le plazca… a poner todas tus angustias, temores y preocupaciones
en sus manos, con la plena convicción de que sólo Él, puede devolverte la paz y
llenar tu vida completamente. Da el primer paso: “ama de verdad y lo demás
vendrá por añadidura” así lo ha dicho Él, que es el CAMINO, la VERDAD y la
VIDA.
Diciembre 15 de 2009
By. manaveliza
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