¡Pobre
ilusa!, que no deja de soñar,
en
encuentros con su amor al despertar,
¡Pobre
ilusa! que se deja atrapar…
de
un recuerdo que le hace llorar.
¡Pobre
ilusa! que no puede apartar
de
la vista una imagen que olvidar,
le
conviene al corazón antes que estar;
sola
y triste, olvidándose de amar.
¡Pobre
ilusa!, que se pierde de vivir,
por
inercia, solo tiende a existir…
¡Pobre
ilusa!, que se aferra a un amor
que
posiblemente de ella, se olvidó.
¡Pobre
ilusa! que no escucha a la razón,
que
insistente, le reclama al corazón
liberarse
de esa triste ilusión…
componerse
una nueva canción.
Y
de sí, la ¡pobre ilusa!... se olvidó;
que
valiosa en su ser, no se sintió;
para
amarse y ser libre del temor…
Que,
a sus ojos, la ilusión impidió,
ver
a otros que buscaban su amor,
Y
a su ser le hizo, aislarse en su dolor
que,
hasta el tiempo, sin querer le cedió.
Más
la ilusa ya rechaza, la ilusión
y
decide ignorar el dolor,
que
le agobia y no le deja al corazón,
advertir
la llegada de su amor
By.
manaveliza
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